El académico Julio Iglesias de Ussel en su artículo sobre el libro Somos Información de Antxón Sarasqueta: “mucho más que una nueva obra sobre la era de la información”

Por Julio Iglesias de Ussel

Perfil · Artículo publicado en el nº 40 de la revista Crones el 25 de Julio de 2012

El nuevo libro de Antxon Sarasqueta, por su incitante contenido, me ha recordado aquella clásica recomendación de que la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo. Su nueva e innovadora reflexión sobre el papel de la información y la comunicación en el siglo XXI es mucho mas que un detallado análisis;

contiene en realidad una decidida apuesta por una nueva era presidida por el imperio de la información desencadenante incluso de una nueva sensibilidad. Es un nuevo escenario vital que va a condicionar de manera decisiva la vida cotidiana sobre cuyas peculiaridades nos alerta e instruye brillantemente el autor.

Pocas personas cuentan con la formación, experiencia e idoneidad de Anton Sarasqueta para hacer el diagnostico de esta nueva realidad. Se trata de un «todo terreno» del mundo de la información donde tiene una dilatada y brillante trayectoria. Autor de numerosos libros, innumerables aventuras periodísticas, responsable de asesorías de información y comunicación así como muchos miles de artículos publicados acreditan su plural experiencia y su arraigada vocación que le hacen escribir no de lo estudiado exclusivamente, sino de lo vivido desde todas sus dimensiones. Por eso mismo el libro es fiel reflejo de esa brillante trayectoria biográfica enraizada siempre en la comunicación desde una perspectiva analítica y critica. La obra no esconde ese fondo biográfico que refuerza la autenticidad del contenido del estudio; cuarenta anos de vida profesional resultaba imposible esconderla en una obra de análisis de la comunicación.

La obra contiene también una llamada de alerta para hacernos consciente que vivimos ya en un nuevo escenario marcado por las nuevas tecnologías de la comunicación. Unas nuevas tecnologías que tienen como singularidad el que son sumamente accesibles con simplicidad y que se han difundido con una velocidad sin precedentes en la historia, captando incluso de manera decisiva a las nuevas generaciones desde muy tempranas edades; algo sin precedentes en la historia. Una dinámica que conforma ya la identidad de las jóvenes generaciones quienes desde muy tempranas edades adquieren plena autonomía conectados autónomamente durante horas a redes sociales.

Algo sin precedentes en la historia

Se trata ciertamente de una nueva era que Sarasqueta analiza partiendo de la peculiar habilidad del ser humano al disponer de un sistema motriz de información que, dice, esta en sus genes y le hace percibir, reaccionar, contextualizar, calcular y memorizar. Un mundo de información en el que todos, como ante un cuadro, podemos percibir el mismo contenido, pero cada interpretación es diferente y peculiar. De ahí que destaque la necesidad de medir la información como sistema intangible y su densidad requerirá la figura del «analista de información» como nueva profesión generada por la sociedad de la información.

Para Sarasqueta la unidad de medida de la información es el mensaje, que no es un titular de prensa sino que contiene paquetes de información de muy diferente índole: fuentes de referencia, conexiones, el clima en que esta inmerso, los atributos que pesan en su impacto, etc. A su vez, un mensaje tiene distintos planos. Uno simple que es el mas visible y perceptible. Otro oculto y todas las variables intervienen en el resultado final y todas deben ser procesadas y analizadas para que el diagnostico sea certero. Para analizar la información hay que desestructurar el mensaje, medir y evaluar cada uno de sus componentes y todos ellos entre sí.

El autor destaca que » todos los sistemas dependen de la información menos la información que depende de si misma». Es el axioma que le sirve de punto de partida para sostener que la información es el sistema de los sistemas. Por tanto es algo primario y no secundario, lo que requiere un cambio de mentalidad para adaptarnos a esta nueva realidad. La sociedad de la información se rige por un proceso automático de transmisión de información entre todas las partes, con independencia de los territorios, sectores de mercado, condición social o gubernamental. La información transciende a todo tipo de fronteras físicas, psicológicas y de opinión. Incluso dedica uno de los capítulos a describir los resultados de aplicar la infometría –» la ciencia de medir la información»– a los propios contenidos de su mismo libro, a modo de ejemplo práctico.

La información es un sistema intangible
que da forma y estructura al ser de todo lo que existe

Su compromiso con los objetivos de la obra se perciben incluso en los propios títulos de cada capitulo que son, en si mismo, mensajes que sintetizan lo que en ellos descubre y analiza. La relevancia central que otorga a la información en la sociedad moderna le lleva a modificar la famosa sentencia de Descartes; para él «pienso, luego existo» debiera ser sustituido por: existimos y pensamos porque somos información. La información pues deja de tener una dimensión instrumental para alcanzar la dimensión constitutiva para la naturaleza social del hombre.

Pero el autor no oculta los componentes de riesgo que tiene este escenario de la comunicación; si se quiere sus dimensiones alienantes o amenazas de perdida de la libertad o autonomía personal. Así destaca que el hombre es controlado por la información que gestiona: » un sistema registra sus preferencias televisivas, un programa controla sus llamadas y comunicaciones, unas aplicaciones controlan lo que usa y busca con su ordenador. Todas sus compras son registradas, igual que sus ideas y educación, su historial medico o sus aficiones personales. El ser humano es quien desarrolla sistemas de información que controlan a la propia persona, y todo sistema electrónico o de inteligencia artificial esta basado en la estructura del sistema intangible. Aunque el hombre quiera no puede modificar el sistema intangible de información». ( pag. 87). Hay que decir que se trata de unas amenazas que no son solo teóricos, sino ya prácticos. La prensa nos tiene informados que en la actual guerra civil en Siria, los gobernantes permiten el libre acceso a internet porque esto les da los medios para descubrir activistas contrarios al régimen.

Aquí se esconde la dimensión ontológica o si se quiere filosófica de la obra de Sarasqueta. Su preocupación por que el hombre no pueda controlar el sistema de la información que utiliza. Podemos manipular sus contenidos y construir un sistema de inteligencia artificial, pero no podemos controlar el propio sistema de información que lo hace posible. De ahí que su obra concluya sobre la naturaleza de la vida en la era de la información. La información es mucho mas que un medio. Es un sistema intangible que da forma y estructura al ser de todo lo que existe. Por esto el intelectual tiene que partir de este hecho: todo lo que es, esta constituido por la información y su sistema, como el propio ser intelectual.

Antxon Sarasqueta nos ha entregado mucho más que una nueva obra sobre la era de la información y nuevas tecnologías. En un estilo claro, atractivo, periodístico, nos brinda una meditada reflexión sobre una de las dimensiones básicas de nuestro presente. Nos aporta una guía certera y acertada para recorrerlo y sortear sus riesgos. Como lectores nos cumple agradecer el esfuerzo y brillante resultado de habernos entregado este muy oportuno instrumento para profundizar en una dimensión esencial de nuestra vida cotidiana y de nuestra sociedad.


Perfil de Julio Iglesias de Ussel

Catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, y antes en la de Granada donde ha sido Director de Departamento y Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Ha dirigido más de treinta tesis doctorales, cursos de doctorado, Grupos de Investigación, Congresos y Seminarios. Ha participado en numerosas actividades académicas en numerosos países europeos y americanos. Desde el 2000 al 2004 ha sido de Secretario de Estado de Educación y Universidades.

Es Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, de la que desde 1996 era Académico Correspondiente. Es miembro fundador de la Academia de Ciencias Sociales y del Medio Ambiente de Andalucía y de la Real Academia de la Mar.

Ha publicado treinta libros y más de un centenar de artículos profesionales y capítulos de libros en, sobre todo, sociología del cambio social, de la familia y de la vida cotidiana.

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